Surgen fabulosos caballos blancos y lamen la escarcha del sueño...
martes, 31 de julio de 2007
La isla de las flores
Este también lo ví en mi facultad. La idea es parodiar el tono "neutro" del típico documental yankee, plagado de definiciones arbitrarias y oposiciones binarias a la vez que denunciar la situación que dichos documentales suelen esquivar. Creo que el autor no lo logra del todo, entre otras cosas por insuficiencias de su formación crítica (Ej.: recurrir a conceptos perimidos como el de "afán de lucro", en lugar de explicar el mecanismo de la plusvalía) Por otra parte el trabajo entre lo gracioso y lo trágico (eso que tan bien le sale a Michael Moore) confunde de a ratos. Salvando éstos inconvenientes es muy interesante, dura unos 12 minutos y es muy digno de verse. Además seguramente a sus realizadores les ha llevado un trabajo de archivo y edición que te la regalo, y como dice el documental al comienzo, lo más importante es que realmente el lugar al que hace referencia existe y lo que muestra realmente ocurre.
Yo planeaba cerrarlo a ésta altura y abrir otros con menor frecuencia de posteos, pero temáticas más específicas. Además cómo está hecho en la versión vieja de blogger, aunque haya migrado a la nueva, no puedo administrar las etiquetas como barra, lo que a ésta altura ya es una molestia. Pero cómo en éste momento no estoy en condiciones de arrancar con los otros blogs por falta de tiempo, voy a darle unos meses más de sobrevida a éste.
Enviado por: "Sergio Gaut vel Hartman" sergiogvh@xxx.xxx.xxx sergiogvh Sáb, 28 de Jul, 2007 12:18 am
Tras exactamente veinte años de vacaciones, regresa Sinergia. La revista pionera de la ficción especulativa argentina ahora online en www.nuevasinergia.com.ar
El inicio del Nº 13 de Sinergia, que se irá completando durante agosto y parte de septiembre, presenta cuentos de Ricardo Castrilli, Antonio J. Cebrián, Marina y Serguei Dyachenko, Lewis Shiner y Sergio Gaut vel Hartman. También podrán leer las entrevistas que realizó el escritor italiano Giampietro Stocco a nueve escritores latinoamericanos a propósito de la publicación de la antología Schegge di futuro, compilada por Gianluca Turconi. En los próximos días nuevos cuentos, artículos y entrevistas.
¿Son de esa clase de gente que le gusta aparecerse en la casa de los amigos trayendo lo último en extrañitud-rareza sonora? ¿Les gusta pegar un sorbo del porrón y decir con aires resignados: -¿Sí? Yo a esa banda la escuchaba allá por el 200x...? ¿Son eternos buscadores de sonoridades novedosas?
Publico un texto de un pensador importante de la Argentina en éstos tiempos: Claudio Katz, por lo general sus análisis son económicos (pertenece a Economistas De izquierda), éste es centralmente político. Normalmente me ocurre que coincido en la mayor parte de sus diagnósticos, pero, disiento de casi todas sus propuestas. Cierta vez tuve un intercambio inconcluso con él que de no ser por el sonido de la campana hubiera durado un siglo, el tópico era partidismo vs movimientismo, y entre él y Mabel Twaites Rey, a cual más Leninista, defendían el "partido político tradicional", frente a los "movimientos sociales". La antigua disputa "centralismo" vs "federalismo" reeditada a nuestros años convulsivos propios. Hace poco Katz fue premiado por Chávez, lo que a ésta altura ya no sé si es un elogio o no. De todos modos, cómo decía antes, es uno de los pocos tipos en el país que aporta con algo de rigor, a una discusión inteligente de los problemas políticos y económicos de nuestro tiempo.
Interpretaciones de la democracia en América latina
Las concepciones institucionalistas, elitistas y participativas de la democracia han prevalecido en la región en distintos momentos de las últimas décadas. La primera visión defiende un modelo de mejoras cívicas, políticas y sociales paulatinas, ignorando las tendencias regresivas del capitalismo. Olvida que el intento de consumar estos avances en tres estadios diferenciados fracasó reiteradamente y ha resultado particularmente inviable en la periferia. El aumento de la miseria ha coexistido en los regímenes pos-dictatoriales con los sufragios periódicos. Esta compatibilidad confirma la validez de la distinción entre democracia formal y sustancial que el institucionalismo objeta. Este enfoque explica erróneamente la crisis de los gobiernos constitucionales por su juventud o su recepción de excesivas demandas y omite el servicio que prestaron a los acaudalados. Además, idealiza el diálogo y minimiza los efectos de la desigualdad. La decepción provocada por estos regímenes incentivó un viraje elitista, en sintonía con la expansión del neoliberalismo. Los promotores de este giro justifican la apatía ciudadana y responsabilizan a la población por el vaciamiento político que impuso el establishment. Disuelven el análisis concreto de esta regresión en consideraciones abstractas sobre la condición humana y resucitan las teorías que niegan a las masas capacidad de auto-gobierno. Además, identifican a la democracia plena con el óptimo del mercado desconociendo la naturaleza contrapuesta de ambos sistemas.
Por el contrario, los autores progresistas asocian las metas democráticas con la participación ciudadana y consideran que esta intervención permite inclinar el funcionamiento del sistema constitucional a favor de los intereses populares. Pero ignoran las barreras que interponen los capitalistas a la presencia de las masas cuándo perciben amenazas sus privilegios.
Tanto el republicanismo social como el liberalismo igualitarista no toman en cuenta estas restricciones. Proponen una rehabilitación genérica de la política, que solo resultaría beneficiosa si fortalece un proyecto de los oprimidos. La intervención popular choca con el sostén del estado a la acumulación capitalista. Este conflicto es ignorado por muchos autores que proponen fortalecer y democratizar a esa institución. Un error simétrico genera el deslumbramiento con la sociedad civil. Una esfera que alberga el centro de la explotación no puede ser espontáneamente favorable a la democracia real.
La lucha consecuente por esta meta exige analizar el capitalismo como totalidad, sin divorciar el ámbito privado de la actividad estatal.
"Cipriano Reyes es un personaje lateral de la historia del país del último siglo. Su postura innegociable frente al verticalismo peronista, y su condición de luchador social, denunciante de los sectores oligárquicos y reaccionarios, tal vez le valieron cierto desinterés desde uno y otro lugar por difundir su singular trayectoria. Tampoco la izquierda lo valoró demasiado; él se enfrentó a tiros al gremio comunista de los frigoríficos (cercano a Spruille Braden), y siempre cuestionó la falta de idea del "estalinismo" - los partidos pro soviéticos - sobre la realidad del trabajo y la cultura en la Argentina. Su postura era un tanto difícil de encasillar."
Impresionante laburo de Ariel Kocik, para la Revista Extramuros, Artículo completo acá en AnRed
Un artículo de Página 12 en ocasión de su muerte, acá.
"Hay un hambre que es tan grande como el hambre de pan. Y es el hambre de la injusticia, de la incomprensión, y la producen siempre las grandes ciudades donde uno lucha sólo, entre millones de hombres indiferentes al dolor que uno grita y ellos no oyen. Londres gris, Nueva York gris, Buenos Aires... todas deben ser iguales… y no por crueldad preconcebida sino porque en el fárrago ruidoso de su destino gigante, los hombres de las grandes ciudades no pueden detenerse para atender las lágrimas de un desengaño."
Doy toda esta información de fondo porque no creo que se puedan captar los motivos de un escritor sin saber antes su desarrollo al principio. Sus temas estarán determinados por la época en que vive -por lo menos esto es cierto en tiempos tumultuosos y revolucionarios como el nuestro-, pero antes de empezar a escribir habrá adquirido una actitud emotiva de la que nunca se librará por completo. Su tarea, sin duda, consistirá en disciplinar su temperamento v evitar atascarse en una edad inmadura, o en algún perverso estado de ánimo: pero si escapa de todas sus primeras influencias, habrá matado su impulso de escribir. Dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos: 1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que le despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta. Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.
2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte. en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.
3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.
4. Propósito político, y empleo la palabra "político" en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.
Puede verse ahora cómo estos varios impulsos luchan unos contra otros y cómo fluctúan de una persona a otra y de una a otra época. Por naturaleza -tomando "naturaleza" como el estado al que se llega cuando se empieza a ser adulto- soy una persona en la que los tres primeros motivos pesan más que el cuarto. En una época pacífica podría haber escrito libros ornamentales o simplemente descriptivos v casi no habría tenido en cuenta mis lealtades políticas. Pero me he visto obligado a convertirme en una especie de panfletista. Primero estuve cinco años en una profesión que no me sentaba bien (la Policía Imperial India, en Birmania), y luego pasé pobreza y tuve la impresión de haber fracasado. Esto aumentó mi aversión natural contra la autoridad y me hizo darme cuenta por primera vez de la existencia de las clases trabajadoras, así como mi tarea en Birmania me había hecho entender algo de la naturaleza del imperialismo: pero estas experiencias no fueron suficientes para proporcionarme una orientación política exacta. Luego llegaron Hitler, la guerra civil española, etc. Éstos y otros acontecimientos de 1936-1937 habían de hacerme ver claramente dónde estaba. Cada línea seria que he escrito desde 1936 lo ha sido, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático, tal como yo lo entiendo. Me parece una tontería, en un periodo como el nuestro, creer que puede uno evitar escribir sobre esos temas. Todos escriben sobre ellos de un modo u otro. Es sencillamente cuestión del bando que uno toma y de cómo se entra en él. Y cuanto más consciente es uno de su propia tendencia política, más probabilidades tiene de actuar políticamente sin sacrificar la propia integridad estética e intelectual. Lo que más he querido hacer durante los diez años pasados es convertir los escritos políticos en un arte. Mi punto de partida siempre es de partidismo contra la injusticia. Cuando me siento a escribir un libro no me digo: 'Voy a hacer un libro de arte." Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto, algún hecho sobre el que deseo llamar la atención. Y mi preocupación inicial es lograr que me oigan. Pero no podría realizar la tarea de escribir un libro, ni siquiera un largo artículo de revista, si no fuera también una experiencia estética. El que repase mi obra verá que aunque es propaganda directa contiene mucho de lo que un político profesional consideraría irrelevante. No soy capaz, ni me apetece, de abandonar por completo la visión del mundo que adquirí en mi infancia. Mientras siga vivo y con buena salud seguiré concediéndole mucha importancia al estilo en prosa, amando la superficie de la Tierra. Y complaciéndome en objetos sólidos y trozos de información inútil. De nada me serviría intentar suprimir ese aspecto mío. Mi tarea consiste en reconciliar mis arraigados gustos y aversiones con las actividades públicas, no individuales, que esta época nos obliga a todos a realizar. No es fácil. Suscita problemas de construcción y de lenguaje e implica de un modo nuevo el problema de la veracidad. He aquí un ejemplo de la clase de dificultad que surge. Mi libro sobre la guerra civil española, Homenaje a Cataluña, es, desde luego, un libro decididamente político, pero está escrito en su mayor parte con cierta atención a la forma y bastante objetividad. Procuré decir en él toda la verdad sin violentar mi instinto literario. Pero entre otras cosas contiene un largo capítulo lleno de citas de periódicos y cosas así, defendiendo a los trotskistas acusados de conspirar con Franco. Indudablemente, ese capítulo, que después de un año o dos perdería su interés para cualquier lector corriente, tenía que estropear el libro. Un crítico al que respeto me reprendió por esas páginas: "¿Por qué ha metido usted todo eso?", me dijo. "Ha convertido lo que podía haber sido un buen libro en periodismo." Lo que decía era verdad, pero tuve que hacerlo. Yo sabía que muy poca gente en Inglaterra había podido enterarse de que hombres inocentes estaban siendo falsamente acusados. Y si esto no me hubiera irritado, nunca habría escrito el libro. De una u otra forma este problema vuelve a presentarse. El problema del lenguaje es más sutil y llevaría más tiempo discutirlo. Sólo diré que en los últimos años he tratado de escribir menos pintorescamente v con más exactitud. En todo caso, descubro que cuando ha perfeccionado uno su estilo, ya ha entrado en otra fase estilística. Rebelión en la granja fue el primer libro en el que traté, con plena conciencia de lo que estaba haciendo, de fundir el propósito político y el artístico. No he escrito una novela desde hace siete años, aunque espero escribir otra enseguida. Seguramente será un fracaso -todo libro lo es-, pero sé con cierta claridad qué clase de libro quiero escribir. Mirando la última página, o las dos últimas, veo que he hecho parecer que mis motivos al escribir han estado inspirados sólo por el espíritu público. No quiero dejar que esa impresión sea la última. Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio. Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad. Nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender. Por lo que uno sabe, ese demonio es sencillamente el mismo instinto que hace a un bebé lloriquear para llamar la atención. Y, sin embargo, es también cierto que nada legible puede escribir uno si no lucha constantemente por borrar la propia personalidad. La buena prosa es como un cristal de ventana. No puedo decir con certeza cuál de mis motivos es el más fuerte, pero sé cuáles de ellos merecen ser seguidos. Y volviendo la vista a lo que llevo escrito hasta ahora, veo que cuando me ha faltado un propósito político es invariablemente cuando he escrito libros sin vida y me he visto traicionado al escribir trozos llenos de fuegos artificiales, frases sin sentido, adjetivos decorativos y, en general, tonterías.
CHARLA-DEBATE: 'EL AVANCE REPRESIVO A NIVEL NACIONAL'
* Análisis sobre la implicancias de la ley antiterrorista. **Situación social de La Rioja:
. La lucha intestina por el poder dentro del partido gobernante.Crisis del feudalismo político. .La resistencia ambientalista contra la multinacional Barrick Gold,empresa minera contaminante. .Represión cotidiana e impunidad histórica.Surgimiento del frente de lucha antirrepresiva ELCI(Espacio en Lucha Contra la Impunidad).
Panel: * CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) de B.Aires. **F.J.Gigena miembro del ELCI de La Rioja.
SABADO 21 DE JULIO A LAS 19 HS en Triunvirato 4778 (entre Roosevelt y la vía). Cdad. de B.Aires
Convocatoria al 2do ENCUENTRO X EL TRANSPORTE PUBLICO
En el primer encuentro x el transporte público que realizamos en la Facultad de Psicología el 9 de junio nos reunimos usuarios y trabajadores de trenes y subtes, y comentamos las distintas actividades que venimos haciendo desde cada lugar, compartimos perspectivas sobre la situación del transporte, y finalmente coincidimos en la necesidad de la coordinación de acciones comunes de los grupos que ya venimos haciendo actividades por separado. Vimos que tanto los trabajadores como los usuarios somos una parte fundamental en lo que respecta al transporte en el que viajamos o trabajamos, y por lo tanto es imprescindible encarar de manera conjunta cualquier reclamo o propuesta que queramos llevar adelante porque compartimos la misma problemática.
Es así que en tono con lo acordado ese día,
Convocamos al 2do ENCUENTRO X EL TRANSPORTE PÚBLICO con la idea de avanzar en la discusión sobre qué tipo de transporte público queremos y en la coordinación de las distintas actividades, y con la expectativa de poder seguir sumando voluntades en el mismo sentido.
Sábado 21 de Julio a las 16:30hs, en Carlos Calvo 3111, esquina Urquiza, Capital Federal (Casa del Pueblo de la iglesia santa cruz.)
Convocan: -Coordinadora x un Subte Público -Recuperemos el Tren -MoNaReFA -Cimientos
18 de Julio - Presentación y entrega de materiales 25 de Julio - El comunismo anarquista 1 de agosto - Medios y fines / La organización 8 de agosto - Anarquismo y movimiento obrero 15 de agosto - La revolucion anarquista
14 de julio de 1921 Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti son encontrados “culpables de asesinato en primer grado”, crimen cuyo castigo era la silla eléctrica.
"¡No hay justicia para los pobres en América! ...¡Oh, compañeros míos, continuad vuestra gran batalla! ¡Luchad por la gran causa de la libertad y de la justicia para todos! ¡Este horror debe terminar! Mi muerte ayudará a la gran causa de la humanidad. Muero como mueren todos los anarquistas, altivamente, protestando hasta lo último contra la injusticia. ...Por eso muero y estoy orguloso de ello! No palidezco ni me avergüenzo de nada; mi espíritu es todavía fuerte. Voy a la muerte con una canción en los labios y una esperanza en mi corazón, que no será destruída..."
Entrada gratuita Sala Batato Barea CC Rojas Corrientes 2038 Cap. fed.
Dentro de la V Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología, la Consejería de Educación y Ciencia de la Embajada de España organiza un ciclo de cine científico con diez documentales que abarcan desde la biología hasta las ciencias de la salud, las ciencias sociales y la astronomía.
Proyección de los diez documentales en el Rojas: (Duración del programa: 150 minutos)
Adaptarse o morir: bacterias resistentes a los antibióticos, de Javier Patricio Royo. 1er Premio Área Biomédica, XII Bienal de Cine y Video Científico en Español. // (Este lo pueden ver online aquí)
Bajo la piel del conflicto, de Urba González. Diploma de Honor, XII Bienal de Cine y Vídeo Científico en Español.
Bosques en los mares de Cuba, de Ana Moreno Plasencia. Premio de la Asociación de Televisión Iberoamericana, XII Bienal de Cine y Vídeo Científico en Español.
Gripe aviar, de Indaganda-New Atlantis. Primer Premio, Mif-Sciences La Habana 2006.
Historia del futuro de Marte, de Alejandro Mutada Tartas. 2º Premio, Área Científico-Técnica, XII Bienal de Cine y Vídeo Científico Español.
Le temps des neurones, de CNRS Audiovisual, Inserm-Laboratoire Cinémicro.
La publicidad al descubierto, de Aire Comunicación. 2º Premio Área Humanístico-Social, XII Bienal de Cine y Vídeo Científico en Español.
Mar de Estrellas, de Jorge Illán. Diploma de honor Área de Biomedicina, XII Bienal de cine y Vídeo Científico en Español.
Mimetic, de Álvaro Mendoza. Premio Asecic al mejor documental de divulgación científica Telenatura 2005.
Mundos virtuales, de Fernando Cruz Cabello. 3er Premio Área Científico-Técnica, XII Bienal de Cine y Vídeo Científico en Español.
Todo Estado es terrorista (aunque algunos se esmeran)
Matrimonios non sanctos
Juan Gelman
El 4 de julio a la madrugada se cumplieron 31 años de un hecho que ocupó la primera plana de todos los periódicos del mundo: un comando israelí cumplió el rescate de los pasajeros del vuelo Air France 139, secuestrados por dos terroristas del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) y dos de la Baaden-Meinhof, y mantenidos como rehenes en el aeropuerto de Entebbe, Uganda, donde imperaba entonces la dictadura de Idi Amin. Más de cien soldados israelíes al mando del general Dan Shomron, incluidos agentes del Mossad y efectivos de elite, aterrizaron subrepticiamente la noche anterior y combatieron contra terroristas y soldados ugandeses que custodiaban el avión. Las bajas: 6 secuestradores, unos 80 soldados ugandeses, tres rehenes y un solo militar israelí, el coronel Jonathan Netanyahu, hermano mayor de Benjamin. Y 98 rehenes israelíes y judíos liberados. El hecho aumentó la simpatía por Israel, en especial en EE.UU. y Gran Bretaña, y los palestinos consiguieron el calificativo de brutos violentos. Como suele ocurrir, las cosas no siempre son lo que parecen. Un documento desclasificado por los Archivos Nacionales británicos acaba de arrojar otra luz sobre el episodio (www.nationalarchives.gov.uk, junio del 2007): el secuestro habría sido organizado por el servicio secreto israelí y extremistas palestinos. Así lo afirma el autor del memorándum, David H. Colvin, entonces primer secretario de la embajada británica en París, que cita sin nombrar a una fuente de la Asociación parlamentaria de cooperación euro-árabe: “Según la información de este señor, el secuestro fue obra del PFLP, con la ayuda del Shin Bet”. Colvin califica esa alianza de non sancta y señala que “la operación fue diseñada para torpedear la posición de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) en Francia y para frenar lo que ellos consideran un acercamiento creciente entre la OLP y EE.UU.”. ¿Y quiénes son esos “ellos”?
Colvin lo da a entender claramente: “Su pesadilla es que después de las elecciones de noviembre (de 1976, en las que el demócrata Jimmy Carter venció por escaso margen al republicano Gerald Ford), se asista a la imposición en Medio Oriente de una Pax Americana, que favorecerá a la OLP (que puede ganar respetabilidad internacional y tal vez el derecho a establecer un Estado en los territorios evacuados) y perjudicará al Frente de Rechazo (que será dejado a un lado en cualquier arreglo general de paz y perderá su razón de ser) y a Israel (que se verá obligado a evacuar los territorios –palestinos– ocupados)”. Agrega Colvin que “el FPLP atrae a toda clase de elementos salvajes, algunos son infiltrados israelíes” (The Guardian, 1-6-07). Por supuesto, Tel Aviv negó la veracidad de estas afirmaciones y las ubicó en el estante de “la conspiración antisemita”.
Israel se ha anticipado a W. Bush: los antecedentes históricos indican que no es la primera vez que Tel Aviv alimenta movimientos terroristas. A fines de los años ’70 financió directa e indirectamente a Hamas, entonces en pañales, a fin de socavar la creciente influencia de la OLP, dirigida por el muy laico Yasser Arafat. Además de confiar en quitarle apoyo de masas, la dirección del Likud (el partido derechista israelí) pensaba “que podía lograr una alianza viable con las fuerzas islámicas y anti Arafat, lo cual reforzaría el control israelí de los territorios ocupados”, ha señalado el especialista en Medio Oriente, Ray Hanania (www.counterpunch.org, 18/19-1-03). El entonces primer ministro Menahem Begin –él mismo dirigente de un grupo terrorista que luchó contra la ocupación británica de Palestina– autorizó en 1978 la legalización de la Asociación Islámica (Mujama), que emanó del movimiento fundamentalista la Hermandad Musulmana y que Israel apoyó además políticamente. Nacía lo que luego fue Hamas.
Se recuerda también el “incidente Lavon”, así bautizado por el nombre del ministro de Defensa israelí Pinjas Lavon, bajo cuya autoridad se organizó la “Operación Susannah” en 1954: consistió en atentados con bombas y otros actos de sabotaje contra instituciones británicas y estadounidenses en Egipto. Eran los tiempos de Gamal Abdel Nasser y se trataba de crear un clima contrario a su voluntad de nacionalizar el Canal de Suez. La operación fue dirigida por el coronel Benjamin Gibli, jefe de la inteligencia militar israelí, que dirigió operativos de la supersecreta Unidad 131. Fracasó: una bomba estalló prematuramente en el bolsillo de uno de ellos, fue arrestado, se allanó su casa y las autoridades egipcias encontraron evidencias y nombres de participantes en la operación. Algunos fueron fusilados, otros conocieron años de prisión. Por supuesto, Tel Aviv negó estar involucrado en el episodio, pero medio siglo después honró a sus ejecutores (Reuters, 30-3-05). Lo tardío no quita lo seguro.
Dada la baja productividad de éste blog en los últimos días voy a emplear el recurso fácil de recomendar los discos que más me han gustado de los últimos que he conseguido en los blogs de ddl de mis amigos favoritos, o mejos dicho en mis blogs favoritos de mis amigos: Pituco, JS, Stayfree, Florcita y Camilo.
La damas primero:
Este es un hallazgo para mí, no la conocía y me impactó. Susheela es una inglesa de origen indio (Tamil, más precisamente) que viene a mostrarnos algo de lo poco bueno que la globalización nos lega: una sensualidad jazzera y desbordante que no reniega de matices indios, africanos o blueseros.
No propone organizarse, ni cambiar las cosas. No se pregunta por la situación de clase social de los que viajan. Tiene links a blogs de personajes nefastos como el judío pro-nazi Alejandro Rozitchner. No deja de ser un blog interesante.
Al fin alguien sube un videito de los cumpas de Arbolito... (Gracias Sol2416) Esto es en vivo en la Cooperativa Gráfica Patricios (Aparentemente hace unos pocos meses)
Oye mi niño parece ha cambiado la suerte son esos hombres de arriba cargados de muerte traen sus armas que queman la piel si te dan quieren quedarse las tierras los bosques y el mar.
Cómo explicarte mi niño algo que yo no entiendo vienen cerrando los campos y poniendo dueños y en su camino salvaje bañando de sangre todas las cosas que el sol ilumina en la tarde.
Arbolito... tu lanza nuestro camino, Arbolito... las pampas son tu destino.
El coronel y su tropa avanzan por la tierra traen de Europa el más nuevo manual de la guerra indios salvajes que no tienen Dios ni gobierno van a tener que aprender a morir como perros!
Un joven indio ya harto e tanta prepotencia tantos hermanos caídos vengarlos quisiera ansioso espera a la tropa que ahí viene, que ahí llega volteó al valiente coronel... y le cortó la cabeza!
Arbolito... tu lanza nuestro camino, Arbolito... las pampas son tu destino Arbolito... tu lanza nuestro camino Arbolito... la tierra nos nace en el grito!
En la página web de Arbolito pueden escuchar la versión del cd con el recitado de Osvaldo Bayer
Desde muy corta edad, quizá desde los cinco o seis años, supe que cuando fuese mayor sería escritor. Entre los diecisiete y los veinticuatro años traté de abandonar ese propósito, pero lo hacía dándome cuenta de que con ello traicionaba mi verdadera naturaleza y que tarde o temprano habría de ponerme a escribir libros. Era yo el segundo de tres hermanos, pero me separaban de cada uno de los dos cinco años y apenas vi a mi padre hasta que tuve ocho. Por ésta y otras razones me hallaba solitario, y pronto fui adquiriendo desagradables hábitos que me hicieron impopular en mis años escolares. Tenía la costumbre de chiquillo solitario de inventar historias y sostener conversaciones con personas imaginarias, y creo que desde el principio se mezclaron mis ambiciones literarias con la sensación de estar aislado y de ser menospreciado. Sabía que las palabras se me daban bien, así como que podía enfrentarme con hechos desagradables creándome una especie de mundo privado en el que podía obtener ventajas a cambio de mi fracaso en la vida cotidiana. Sin embargo, el volumen de escritos serios, es decir, realizados con intención seria, que produje en toda mi niñez y en mis años adolescentes no llegó a una docena de páginas. Escribí mi primer poema a la edad de cuatro o cinco años (se lo dicté a mi madre). Tan sólo recuerdo de esa "creación" que trataba de un tigre y que el tigre tenía "dientes como de carne", frase bastante buena, aunque imagino que el poema sería un plagio de "Tigre, tigre", de Blake. A mis once años, cuando estalló la guerra de 1914-1918, escribí un poema patriótico que publicó el periódico local, lo mismo que otro, de dos años después, sobre la muerte de Kitchener. De vez en cuando, cuando ya era un poco mayor, escribí malos e inacabados "poemas de la naturaleza" en estilo georgiano. También, unas dos veces, intenté escribir una novela corta que fue un impresionante fracaso. Ésa fue toda la obra con aspiraciones que pasé al papel durante todos aquellos años. Sin embargo, en ese tiempo me lancé de algún modo a las actividades literarias. Por lo pronto, con material de encargo que produje con facilidad, rapidez y sin que me gustara mucho. Aparte de los ejercicios escolares, escribí vers d'occasion, poemas semicómicos que me salían en lo que me parece ahora una asombrosa velocidad -a los catorce escribí toda una obra teatral rimada, una imitación de Aristófanes, en una semana aproximadamente- y ayudé en la redacción de revistas escolares, tanto en los manuscritos como en la impresión. Esas revistas eran de lo más lamentablemente burlesco que pueda imaginarse, y me molestaba menos en ellas de lo que ahora haría en el más barato periodismo. Pero junto a todo esto, durante quince años o más, llevé a cabo un ejercicio literario: ir imaginando una "historia" continua de mí mismo, una especie de diario que sólo existía en la mente. Creo que ésta es una costumbre en los niños y adolescentes. Siendo todavía muy pequeño, me figuraba que era, por ejemplo, Robin Hood, y me representaba a mi mismo como héroe de emocionantes aventuras, pero pronto dejó mi "narración" de ser groseramente narcisista y se hizo cada vez más la descripción de lo que yo estaba haciendo y de las cosas que veía. Durante algunos minutos fluían por mi cabeza cosas como estas: "Empujo la puerta y entró en la habitación. Un rayo amarillo de luz solar, filtrándose por las cortinas de muselina, caía sobre la mesa, donde una caja de fósforos, medio abierta, estaba junto al tintero. Con la mano derecha en el bolsillo, avanzó hacia la ventana. Abajo, en la calle, un gato con piel de concha perseguía una hoja seca", etc., etc. Este hábito continuó hasta que tuve unos veinticinco años, cuando ya entré en mis años no literarios. Aunque tenía que buscar, y buscaba las palabras adecuadas, daba la impresión de estar haciendo contra mi voluntad ese esfuerzo descriptivo bajo una especie de coacción que me llegaba del exterior. Supongo que la "narración" reflejaría los estilos de los varios escritores que admiré en diferentes edades, pero recuerdo que siempre tuve la misma meticulosa calidad descriptiva. Cuando tuve unos dieciséis años descubrí de repente la alegría de las palabras; por ejemplo, los sonidos v las asociaciones de palabras. Unos versos de Paraíso perdido, que ahora no me parecen tan maravillosos, me producían escalofríos. En cuanto a la necesidad de describir cosas, ya sabia a qué atenerme. Así, está claro qué clase de libros quería yo escribir, si puede decirse que entonces deseara yo escribir libros. Lo que más me apetecía era escribir enormes novelas naturalistas con final desgraciado, llenas de detalladas descripciones y símiles impresionantes, y también llenas de trozos brillantes en los cuales serían utilizadas las Palabras, en parte, por su sonido. Y la verdad es que la primera novela que llegué a terminar, Días de Birmania, escrita a mis treinta años pero que había proyectado mucho antes, es más bien esa clase de libro.