sábado, 11 de agosto de 2007

Ballard y el Crash nuestro de cada día

Hace un tiempo que tenía ganas, desde que la custión de las muertes en accidentes de tránsito se volvió "cuestión nacional", de referirme a la obra de Ballard (autor con el cual comencé éste blog). Ballard es un "liberal" en el sentido clásico de la palabra y hasta aún con alguna orientación hacia la derecha, pero es uno de los pocos, que se ha permitido tener una visión profunda de nuestro tiempo, psicoanálisis y surrealismo mediante, sin caer en determinismos bipolares, o en mera repulsión/fascinación por la tecnología.
No sé porque en las cátedras de filosofía de la técnica no dan a los alumnos a leer "Crash".
Ahora encontré en la red éste fragmento, si en unos días me siguen las ganas amplío.

Crash (fragmento) -prólogo-

" Crash, por supuesto no trata de una catástrofe imaginaria, por muy próxima que pueda parecer, sino de un cataclismo pandémico institucionalizado en todas las sociedades industriales, y que provoca cada año miles de muertos y millones de heridos. ¿es lícito ver en los accidentes de automóvil un siniestro presagio de una boda de pesadilla entre la tecnología y el sexo? ¿La tecnología moderna llegara a proporcionarnos unos instrumentos hasta ahora inconcebibles para que exploremos nuestra propia psicopatología? ¿Estas nuevas fijaciones de nuestra perversidad innata podrán ser de algún modo benéficas? ¿No estamos asistiendo al desarrollo de una tecnología perversa, más poderosa que la razón?
A lo largo de Crash he tratado el automóvil no sólo como una metáfora sexual sino también como una metáfora total de la vida del hombre en la sociedad contemporánea. En este sentido la novela tiene una intención política completamente separada del contenido sexual, pero aún asi prefiero pensar que Crash es la primera novela pornográfica basada en la tecnología. En cierto sentido la pornografía es la forma narrativa más interesante políticamente, pues muestra cómo nos manipulamos y explotamos los unos a los otros de la manera más compulsiva y despiadada.
Por supuesto, la función última de Crash es admonitoria, una advertencia contra ese dominio de fulgores estridentes, erótico y brutal, que nos hace señas llamándonos cada vez con mayor persuación desde las orillas del paisaje tecnológico. "

Etiquetas: