miércoles, 12 de mayo de 2010

Cuando se va una luchadora los que quedamos quedamos más obligados


MURIO LA MADRE DE LA DESAPARECIDA FERNANDA AGUIRRE
Símbolo de una lucha

A partir de la búsqueda de su hija, María Inés Cabrol se convirtió en referente de la lucha contra la trata de mujeres y logró instalar el problema en la agenda pública. Tenía 45 años.


Con una inmensa pena y una fortaleza aún mayor, María Inés Cabrol pasó los últimos seis años de su vida recorriendo la Argentina, Paraguay, Brasil y hasta Europa en busca de su hija, secuestrada, según se cree, por las redes que se dedican a la trata de mujeres. Ayer, la madre de Fernanda Aguirre falleció víctima de una leucemia de la que tuvo noticias tres semanas antes de su muerte. Tenía 45 años y solía decir: “Voy a dejar mi vida para encontrar a Fernanda”. Mónica Molina, una dirigente de la red No a la Trata de La Pampa, sostuvo que Cabrol era “una luchadora incansable” y su muerte “convoca a redoblar esfuerzo en la lucha”.

Cabrol pasó la última semana internada en una clínica porteña, donde entró en coma profundo el lunes pasado. En su entorno reconocieron que la mujer estaba sumida en una profunda tristeza, luego de tantos viajes y de ir hasta la cárcel a rogarle a Mirta Chávez, cómplice del secuestro, que diera datos para ubicar a su hija. Hoy, sus restos serán sepultados en el cementerio de San Benito, en Entre Ríos, cerca del lugar donde su familia tenía un puesto de flores, donde se vio por última vez a Aguirre, secuestrada el domingo 25 de julio de 2004.

La joven tenía 13 años cuando desapareció en el trayecto entre el cementerio del pueblo, ubicado a 20 kilómetros de Paraná, y su casa. Pocos días después, los padres de Fernanda recibieron llamadas extorsivas para devolverles a la menor con vida. Esperanzados, dejaron bajo un puente el bolso con los dos mil pesos reclamados, sin que se cumpliera el trato. Por el secuestro y la extorsión, la policía detuvo a Miguel Angel Lencina, quien por entonces cumplía una condena por homicidio y gozaba de salidas laborales.

Lencina apareció muerto un mes después de la desaparición de Fernanda, ahorcado, en la comisaría quinta de Paraná donde estaba detenido. Para la Justicia se trató de un suicidio. El hombre nunca reveló el paradero de la joven. La mujer de Lencina, Chávez, fue detenida por ser cómplice y condenada a 25 años de prisión en 2007. Fue la persona que llamó para pedir el rescate. Cabrol acudió a los medios de comunicación para dar a conocer el caso y con el tiempo se convirtió en una referente del tema de trata de mujeres. Durante los últimos seis años, la mujer recorrió el país siguiendo las distintas pistas que le llegaban pero todas resultaron falsas. El último intento la llevó hasta Mar del Plata a comienzos de abril.

Ayer, el ex director de la Oficina de Asistencia a la Víctima del Delito, Walter Carballo, quien acompañó a Cabrol en la búsqueda durante los primeros años, la recordó como “una persona íntegra, de una honestidad extrema, con una fuerza y un espíritu de lucha increíble”. Desde la asociación santafesina Las Diversas confirmaron que la asociación “seguirá en la búsqueda de Fernanda repudiando y denunciando las complicidades policiales y judiciales que no logran esclarecer qué pasó con ella”.

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