Carta de Andrea Urzúa, presa política en manos de la Gendarmería
La compañera chilena se halla recluida en el Batallón de Gendarmería de Zapala, Neuquén, Argentina, desde el domingo 21 de septiembre. En este valiente testimonio explica cómo y por qué la tienen allí encerrada.
Ya ha pasado más de una semana de mi secuestro/detención, que ha estado lleno de irregularidades y con mucha expectación pública. Relatare desde el primer momento para que se entienda.
El sábado 20 de septiembre a eso de las 8:30 horas me dirijo a Chile por el paso fronterizo "Tromen", paso legal, está demás decirlo, me bajan del bus dos mujeres, (que no se las puede llamar mujeres), de AFIP agentes federales de ingresos públicos, me desnudaron completamente por más de 20 minutos y revisaron minuciosamente todas las prendas que llevaba puestas. Me dijeron que era "un procedimiento de rutina" y luego de esto me podía ir. Luego llegó un gendarme y me hizo esperar tras un mesón, después me hicieron bajar mi mochila del bus y revisaron una y otra vez todas mis cosas. Después vinieron las fotos tanto a mis cosas como a mí.
A esto ya me tenían encerrada en una sala contigua con cinco gendarmes (hombres), custodiándome.
Luego vinieron las esposas, la toma de huellas digitales (5 en ese lugar) y se me leyó el acta de mi detención, que decía sólo que era una investigación.
Pedí mi derecho a una llamada telefónica y me fue negada.
A eso de las 14 hs me trasladaron con un fuerte contingente de gendarmes al escuadrón nº 33 de San Martín de Los Andes, por supuesto no me decían donde me llevaban mi el por qué, nadie me daba ninguna explicación.
Otra vez me desnudaron y revisaron más de 10 veces mis cosas, sin mi presencia ya que me habían metido en un calabozo sin luz natural, sin ventanas y esposada todo el rato. El calabozo estaba muy frió y no me dejaban abrigarme porque decían que mis cosas estaban "secuestradas".
Pase la noche sin entender nada, a media noche se me tomó más fotos y más huellas digitales. Pedí mi llamada, otra vez negada.
Al otro día a eso de las 13:40 me traen a Gendarmería Nacional en Zapala provincia de Neuquén, debo recalcar que cada traslado es con un fuerte contingente de gendarmería, de un lugar al otro son mas de tres horas de camino. Llegué a eso de las 17:30 hs, y pude tener la visita de mi compañero sólo una hora, esposada y con custodia.
El que sólo gracias a la buena fortuna me encontró aquí, ya que en ningún lugar le decían dónde estaba.
Al otro día más ellas y mas fotos, llevo mas de 16 tomas de huellas digitales.
Ya llevo una semana en este lugar, encerrada las 24 horas. Se me permite una hora de pasillo si el ánimo del jefe de guardia lo permite.
Estoy con custodia permanente las 24 hs y tengo que pedir permiso cada vez que voy al baño.
Sólo hoy se me permitió debido a lo hincha pelotas que soy, usar un lápiz.
No se me permiten encendedores, ni fósforos. Quienes me conocen saben que soy una fumadora compulsiva y he tenido que arreglármelas como puedo.
Recién el martes 23/09 me entero en el juzgado que se me acusa de atentar contra la seguridad pública.
No puedo mentir que cuando me lo dijeron me dio risa, ya que lo primero que se vino a la mente es que quienes realmente atentan contra la seguridad son quienes suben el precio de la leche, la carne. el pan, la energía. Quienes atentan son los que mantienen en las cárceles del capitalismo a miles de pobres, luchadores sociales, hombres y mujeres libertarios.
Quienes realmente atentan son quienes viven llenos de privilegios en base a la explotación de muchos, quienes atentan son quienes no nos dejan conmemorar a nuestros caídos, atentan quienes no permiten la emancipación de nuestros pueblos.
"Ellos son realmente los terroristas que atentan contra la seguridad pública"
Quiero dejar en claro que esto no es más que un montaje para perjudicar a Freddy Fuentevilla y Marcelo Villaroel, luchadores populares recluidos en la Unidad Nº 11 de Neuquén.
Todo este montaje demuestra que la política policial del Plan Cóndor para Sudamérica creada en los años 70 en la Escuela de las Américas, sigue vigente pero con otro nombre: Estado Policial, Ley Antiterrorista.
Sí, creo en la libertad del individuo y de la humanidad, ¿es un delito? Soy una delincuente reincidente.
Porque creo, y cada minuto que pasa mi convicción toma más fuerza, lo que exigimos es justo y digno.
Creo en la emancipación de la mujer y del hombre, es lo que me hace sentir viva.
Creo más que nunca en la libertad no sólo mía, sino la de todos mis compañeros presos internacionalistas.
Un abrazo muy fuerte lleno de amor, fraternidad, lealtad y respeto, rabia y rebeldía a quienes luchan por una sociedad mejor.
Basta de montaje político policial.
¡Por el Komunismo libertario!
Andrea Urzúa
Presa política, recluida en la gendarmería de Zapala, Neuquén
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