jueves, 8 de noviembre de 2007

Invitación

SABADO 10 DE NOVIEMBRE
EN LA
BIBLIOTECA POPULAR "JOSÉ INGENIEROS"
RAMIRES DE VELAZCO 958 (CAP.FED.)
20HS.

FRANK MINTZ
PRESENTARÁ EL LIBRO DE SU AUTORÍA:
"ANATÓL GORELIK: EL ANARQUISMO EN LA REVOLUCIÓN RUSA"
LOS/AS ESPERAMOS!!!



BIOGRAFÍA DE ANATOL GORELIK (Publicada en el libro)

Nace en Guenichesk, pequeño puerto de la provincia de
Tavrichevsk, Ucrania, el 28 de febrero de1890; muere en Buenos
Aires, el 15 de noviembre de1956. Orador, periodista y
propagandista del anarquismo, de origen ucraniano y exiliado
en la Argentina.
Hijo de una familia numerosa, sus padres son los judíos más
pobres de la ciudad. A los diez años debe trabajar como vendedor
en un almacén de comestibles. Anarquista desde 1904, milita
en dicho movimiento en el sur de Rusia. Hasta 1909 es
detenido repetidas veces por el gobierno zarista.
En 1909 emigra a Francia. En 1911 vuelve clandestinamente
a la militancia en Rusia. A fines de ese año lleva a cabo una
activa labor sindical en Francia. En 1913 viaja a los Estados
Unidos, donde actúa como orador y propagandista en los sindicatos
de trabajadores rusos, en los IWW y en organizaciones
anarquistas, participando activamente en muchas acciones laborales.

En 1916, junto con Korniuk y otros compañeros, organiza
el primer periódico ruso de obreros industriales Golos
Rabochevo [La voz de los obreros], luego Golos Trusenika [La
voz del trabajador].
En 1917 regresa a Rusia y milita por el anarquismo en muchas
ciudades, principalmente en Ekaterinoslav y en la cuenca
del Don. En 1918 es secretario del Buró de los anarquistas de la
cuenca del Don, miembro de la redacción del periódico Golos
Anarjista [La voz del anarquista] y secretario del Buró de información
y propaganda anarquista en lengua judía [idish]. Con
la llegada a Ucrania del ejército de ocupación germano-austríaco
pasa a la clandestinidad.
En 1919 es secretario de los grupos anarquistas Nabat [Alar-
ma] en la ciudad de Mariupol y organiza una serie de otros
grupos. A raíz de la ofensiva de Denikin se ve obligado a pasar
nuevamente a la clandestinidad. En 1920 trabaja como docente
en el Comisariado Popular de Educación de Ucrania, mientras
prosigue la labor propagandística anarquista.
En ese mismo año, y a raíz del ataque alevoso del poder
soviético contra makhnovistas y anarquistas, es detenido y trasladado
a Moscú, siendo liberado el 6 de enero de 1921. Sigue
haciendo propaganda anarquista en Moscú, principalmente entre
los estudiantes. El 8 de marzo del mismo año es nuevamente
detenido y condenado a pasar tres años en un campo de concentración,
catalogado como “anarco-contrarrevolucionario”. Permanece
en la cárcel hasta el 17 de septiembre cuando, tras 10
días y medio de huelga de hambre y de escándalo en el Congreso
de la Profintern (gracias al reclamo de los delegados extranjeros
anarquistas y anarcosindicalistas, como Ángel Pestaña de
la CNT española, Armando Borghi de la USI italiana, May
Picqueray de Francia, etc.), es incluido entre los diez anarquistas
expulsados de Rusia a fines de 1921 (los diez son: Feldeman,
Feodorov, Maximov, Mrachny, Mijaylov, Volin, Vorobiev,
Yarchuk, Yudin y Gorelik).
Llega desde Berlín a Buenos Aires en 1922 y desempeña una
gran actividad tanto entre los grupos anarquistas de lengua rusa
(como colaborador de Delo Truda de Buenos Aires) como entre
los de de lengua española (numerosos artículos en La Antorcha),
para exponer la realidad de la revolución soviética y dar
a conocer a figuras del movimiento anarquista ruso. Defiende
el anarquismo contra las influencias del sindicalismo, a las que
juzgaba negativas y reformistas.
Sus escritos son inicialmente traducidos por su compañero Julio
Compañ, pero a fines de los años 20 escribe directamente en
castellano. Cuando el golpe militar de septiembre de 1930 trunca
las publicaciones libertarias en la Argentina, Gorelik sigue
escribiendo, abordando los problemas educativos y revolucionarios,
en especial, para La Revista Blanca de Barcelona, hasta
su cierre en 1936.
Bastantes zonas oscuras permanecen sobre su período argentino,
tanto en la militancia con los compañeros de lengua
rusa, que fue importantísima, como entre los de habla castellana
e idish. El bache de la enfermedad y del aislamiento, acaso
debido a la aspereza de su carácter, silenció su deceso, que no
fue señalado en la prensa anarquista argentina y que sólo se
conoció en la prensa de la emigración rusa libertaria al año y
medio de su muerte. Con razón escribió su biógrafo desde Montevideo:
“Sobre la tumba [de Anatol Gorelik] ya se secó la hierba”.
“En 1940 el compañero Gorelik sufrió un ataque de parálisis.
Pasó 16 años postrado en la cama. Como ni hay que extrañarse,
de eso casi nadie quedó enterado. Es explicable, lógicamente,
porque el movimiento libertario de la época, por varias
razones, estaba estancado. Todo el cuidado del enfermo recayó
en su esposa. A pesar de su frágil salud y de la situación familiar
–dos hijos–, Fany Gorelik se puso a la obra y con sus propios
esfuerzos mantuvo al enfermo y a la familia. Este período
de la vida del compañero Gorelik, sin duda alguna, fue el peor.
Además de las necesidades materiales, le habrá sido difícil estar
alejado de todos, olvidado. Transcurrieron los últimos años
del compañero Gorelik en un hospital de Buenos Aires, donde
murió el 15 de noviembre de 1956. De su muerte y de su enfermedad,
durante mucho tiempo nadie supo nada” (Alexander
Cherniakov, necrología titulada “U moguili, use porosshey travy
[Sobre la tumba ya se secó la hierba]”, en Delo Truda-
Probusdenie, Chicago, VI 1958, pp. 23-25).
A pesar del vigor de sus análisis y de su pluma prolífica, así
como sucedió con su compatriota Alexander Shapiro, muerto
en plena actividad, ninguna publicación ha recogido sus escritos.
Este olvido del luchador y de su obra motivó hace casi
medio siglo una promesa de su necrólogo, que aún sigue vigente:
“Es una vergüenza el fin de la vida del compañero Gorelik,
que tanto dio a la anarquía. Es preciso, si bien con atraso, expresar:
¡compañero Anatol!, cuando triunfe el Ideal que serviste,
nuestros descendientes te recordarán y te inscribirán con letras
de oro en nuestra memoria”.
A los noventa años de la revolución soviética y del impulso
libertario creador que aportó al mundo y a los cincuenta de la
muerte de Gorelik, está dedicado este conjunto de escritos cargados
de experiencias y reflexiones críticas.

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