viernes, 27 de noviembre de 2009

La complicidad civil con los represores


La moral media

No sabe nada, pero la casa fue suya

El empresario inmobiliario Omar Roberto Galetto compró el inmueble que los represores le sustrajeron a dos víctimas. Ayer, en el juicio oral y público, el testigo se excusó de responder muchas de las preguntas, y fue contradictorio.


Por Juan Carlos Tizziani

El empresario inmobiliario Omar Roberto Galetto se escudó ayer en su desmemoria en el juicio a los represores santafesinos cuando le preguntaron sobre la compra de una casa en calle Milenio de Polonia 4050, propiedad de los esposos Daniel García y Alba Sánchez, quienes denunciaron que el grupo de tareas que los secuestró durante la dictadura también los despojó de todos sus bienes: la vivienda, los muebles que había adentro, una camioneta Ford F 100 y una lancha que guardaban en la cochera. "Fuimos un botín de guerra", dijo García en el juicio. Ayer, Galetto admitió que compró la propiedad, pero pifió en la época: dijo que la operación había sido "en 1983, 1984 o 1985", pero la escritura tiene fecha 30 de marzo de 1979.

Y describió al supuesto dueño de la casa como "un señor de físico grande, alto", de "40 a 50 años" que "me dijo que era abogado, pero el apellido no me acuerdo" y cuando le exhibieron una copia del documento de identidad de García no lo reconoció. "No sé quién es", contestó. La descripción del vendedor que aportó Galetto no se condice con García, quién no es abogado y en esa época tenía 25 años.

García, su esposa y una compañera de militancia que estaba clandestina en Santa Fe, Andrea Trincheri, cayeron el 6 de diciembre de 1977. Un grupo de tareas los mantuvo secuestrados en una casa quinta en Villa California (que reconocieron la semana pasada), hasta el 25 de mayo de 1978. Pero no pudieron regresar a su casa de Milenio de Polonia. "Nos dijeron que la casa había sido comprada con dinero de la subversión y por lo tanto debía volver a la patria", relató García en el juicio. El matrimonio y sus hijos se refugiaron entonces en la casa de sus padres.

El seguimiento y las llamadas intimidatorias siguieron hasta marzo de 1979, cuando los García fueron obligados a transferir la vivienda bajo amenazas. Una de las pruebas que el matrimonio aportó en el juicio es una carta del escribano Régulo Martinez, que los convocó "a realizar la escritura, pero con un abogado, Guillermo Pereyra y la señora Beatriz Norma Lértora", recordó Daniel.

La escritura se firmó en la escribanía de Martínez. García fue con su esposa y allí se topó con uno de los integrantes del grupo de tareas e imputado en el juicio: Héctor "Pollo" Colombini. "El escribano nos dijo: "Firme acá, firme acá. Y hasta luego", afirmó el querellante. Con el tiempo, García descubrió que la escritura no estaba a nombre del doctor Pereyra, sino que figuraba un corredor inmobiliario, Omar Roberto Galetto, a quien no conocían. "Inclusive, en la escritura, mi apellido materno está cambiado: figura Tonelli y yo soy Torielli", agregó.

Ayer, Galetto declaró como testigo en el juicio, propuesto por el defensor oficial Fabio Procajlo, que defiende al ex juez Víctor Brusa. De entrada se hizo el sorprendido. "No sé por qué estoy acá", dijo. Pero cuando Procajlo le preguntó si había comprado la casa de Milenio de Polonia contestó: "Sí, la compré con un crédito del Banco Hipotecario en 1983, 1984 o 1985. El dueño me dijo que era abogado, pero el apellido no me acuerdo".

¿Recuerda cómo fue la transacción? -insistió el defensor de Brusa.

Había un señor de físico grande y no me acuerdo más -respondió Galetto. Su estado de tensión le impedía controlar el movimiento de sus piernas.

El fiscal Martín Suárez Faisal pidió que le muestren los documentos sobre la transferencia del inmueble incorporados a la causa. La transacción se hizo el 30 de marzo de 1979. Galetto se sorprendió con la fecha: "Yo creí que era en 1984", dijo. Y cuando leyó que García figuraba como vendedor, agregó: "Sí, García me la vendió".

-¿En la firma de la escritura estaba la esposa de García? -le preguntó el presidente del Tribunal, Roberto López Arango.

No recuerdo. La fecha sí puede ser 1979. Esto que está acá es real.

Además del escribano, ¿había otra persona?

No recuerdo.

¿Qué destino tuvo la casa? -quiso saber el fiscal.

Fui a vivir.

¿Tenía marcas de bala?

No me acuerdo.

Galetto dijo que le mostraron la casa antes de comprarla. "Vivía un matrimonio con tres o cuatro chicos", relató. Los García tienen dos hijos. Una jueza del Tribunal pretendió entonces indagar sobre ese punto: "¿La persona que le mostró la casa era la misma que después firmó la escritura?" -preguntó la doctora Andrea Creus

No recuerdo -sostuvo Galetto
A pesar de que antes había dicho que compró la casa en 1984 y después se rectificó cuando vio la escritura de 1979, Galetto pareció tener otra traición de la memoria cuando recordó la búsqueda de una propiedad para no perder la chance del préstamo del Banco Hipotecario. "Fue una búsqueda bastante violenta (sic) porque se terminaba el período para tomar el crédito. Un momento traumático (sic)", dijo con cierto tono de melodrama. Y después, cuando le preguntaron a quién le había pagado el precio de la casa, volvió a escudarse en la desmemoria. "No sé, alguien se llevó la plata. No recuerdo quién", dijo.
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