jueves, 14 de mayo de 2009

El tiene auroridad



...existe un sentido de justicia profundamente asentado en la humanidad, y tu mejor naturaleza se resiente siempre que ves que se comete injusticia con alguien. Te sientes ultrajado y te indignas de ello; porque todos
nosotros tenemos una simpatía instintiva hacia nuestros prójimos, pues por naturaleza y por costumbre somos seres sociales. Pero cuando están implicados
tus intereses o tu seguridad, tú actúas de un modo diferente; incluso sientes de un modo diferente.
Supón que ves que tu hermano hace daño a un extraño. Le llamarás la atención por esto, le reprocharás esto.

Cuando ves a tu patrón cometer una injusticia con algún compañero obrero, también te resientes y sientes el deseo de protestar. Pero lo más probable
es que te contengas de expresar tus sentimientos, porque podrías perder
tu puesto o quedar en malas relaciones con tu patrón.

Tus intereses suprimen el mejor impulso de tu naturaleza. Tu dependencia
con respecto al patrón y a su poder económico sobre ti influyen en tu conducta.
Supón que tú ves a John que golpea y da patadas a Bill cuando este último está en el suelo. Puede ser que ambos te sean extraños, pero si no le tienes miedo a John, le dirás que deje de dar patadas a un sujeto que está tendido. Pero cuando ves a un policía que hace lo mismo a un ciudadano, te lo pensarás
dos veces antes de interferir, porque también te podría golpear a ti y detenerte también. Él tiene la autoridad.

John, que no tiene autoridad y que sabe que alguien podría interferir cuando él está actuando injustamente, por lo general será cuidadoso en lo que esta haciendo.
El policía que está investido con alguna autoridad y que sabe que existe poca probabilidad de que alguien interfiera en sus cosas, es más probable que actúe injustamente.

Incluso en este caso simple puedes observar el efecto de la autoridad: su efecto sobre uno que la posee y sobre aquellos sobre los cuales se ejerce. La autoridad tiende a convertir a su poseedor en injusto y en arbitrario; también convierte a los que están sometidos a su aquiescencia en injustos, subordinados y serviles. La autoridad corrompe al que la detenta y rebaja a sus víctimas.

Si esto es verdad de las relaciones más simples de la existencia, ¡cuanto más ocurre en el terreno más amplio de la vida industrial, política y social!

De "El ABC del Comunismo Libertario de Alexander Berkman"

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