Pelea de accionistas

Ya es momento de expresar el porqué éste blog no ha hecho ninguna referencia a la crisis política desatada hace ya más de noventa días, que derivara en la renuncia de Martín Losteau y que los medios (Clarín a la cabeza cuando era opositor) dieron en llamar "conflicto gobierno - campo".

La respuesta es bien simple, el conflicto es una auténtica pelea entre gerenciadores del mismo modelo, englobando en el contenedor "campo" a varios de los monopolios capitalistas internacionales más importantes del mundo, y adjudicando al "gobierno"
supuestas intenciones de confrontación que no se verifican más que en los discursos de funcionarios que pronto saldrán "cómo rata por tirante".

Ahora bien, si es el momento de decir algo es porque el gobierno perdió (aún comprando a Clarín regalandolé a Ernestina un fallo que permite que sus "hijos" no se hagan el análisis de ADN, entre otras minucias...)

Perdió, porque perdió todo margen de maniobra, y la solución a ésta crisis política no va a serles propia, y es intranquilizador pensar de dónde pueda venir, ya que el campo popular sigue dividido y fragmentado, y sin una política autónoma, aunque ésta vez la mayoría de agrupaciones de izquierda no se equivocan, todos concluímos por igual que la salida deseable de la crisis sería con una clase obrera organizada debatiendo y llevando a cabo un proyecto autónomo. (Hay excepciones!)

El problema es que a los valientes y cada vez más numerosos intentos organizativos de los trabajadores por fuera de las burocracias se les opone el aparato represivo gubernamental (de los sindicatos amarillos o de las patotas políticas extra-sindicales), bien, ésto debiera ser una señal.

La construcción de una salida autónoma para la clase se juega hoy más que nunca en su capacidad de generar autodefensas.

Sólo ganando conflictos y tendiendo lazos de solidaridad con otros trabajadores la clase irá afirmándose.

Los auténticos revolucionarios sean de la tendencia que sean deben poner sus esfuerzos en generar un amplio arco de autodefensas obreras sin mezquindades políticas y con miras al combate frontal contra el "seguidismo del mal menor" que se expresa en palos contra el sujeto que aseguran defender.