miércoles, 28 de mayo de 2008

Hijos del Pueblo Nº 12




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Editorial:


"No existen episodios aislados de reacción o judiciales, o policiales o gubernativos. Todos están ligados al proceso y desarrollo capitalista. Para vencer, pues, los trabajadores debemos empezar por plantear al capitalismo luchas de fondo" -Spartacus-


Memoria colectiva y acción politica

En el mes de mayo se cumplen 39 años de la gesta obrera-estudiantil que sirvió como catalizador en el derrumbe de la dictadura militar que masacraba a la clase trabajadora.
Todos estos acontecimientos ocurrían en las calles de Córdoba, una de las provincias de mayor industrialización y de mayor organización obrera clasista y combativa. Asimismo, 40 son los años que transcurrieron luego de que en Francia los trabajadores junto con los estudiantes desbordaran las directivas del PCF y avanzaran por reivindicaciones que sobrepasaran el plano salarial. Sumado a que ya transcurrieron muchos días, meses y años desde que el 11 de noviembre de 1887 un fi scal –representante de la justicia burguesa- le pidió al jurado: "Castigue a estos hombres, haga un ejemplo de ellos, cuélguelos y salve nuestras instituciones".

La participación organizada de los trabajadores –basada en la construcción de un movimiento que lleve adelante los intereses proletarios- construye el pilar de la organización de la clase que enfrente a la organización de los de arriba. Conglomerados en un frente patronal -que incluye a todos los parásitos que viven de nuestro trabajo- la desarticulación de la huelga y los salarios de hambre son algunas de las banderas que esgrimen los burócratas, la patronal y el gobierno. Frente a ello, la memoria colectiva representa una de las herramientas que tenemos como clase.

La acción, basada en la memoria colectiva que nos provee de ricas experiencias para saltear errores y para poder traer a colación las luchas que, organizados, libramos. Pudimos derribar dictaduras, arrasar con las barreras impuestas desde sillones y mesas de café. Supimos arrinconar al burgués que tuvo que poner –nuevamente- a funcionar la maquinaria de represión. Demás está decir que la sangre la ponen siempre los obreros.

Entonces, los compañeros que dieron su vida luchando -como dijo el compañero Flores Magón- son los que mueren como soles, despidiendo toda su luz. Y esa luz la atesoramos, porque no es otra cosa que la llama con la que arderá este basural lleno de injusticia. Es la misma llama que llevaremos hasta el fi nal del camino, porque no luchamos de gusto, sino para cambiar este mundo, siendo su destino fi nal incinerar la explotación y la opresión. Porque luchar es querer vencer, y no otra cosa.

De frente hacia la unidad y autonomía de la clase
Nuestra acción política estará apuntada a reconstruir los lazos que nos unen como laburantes, para poder enfrentar los salarios de hambre y las alianzas entre burgueses. Alianzas destinadas a coartar cualquier expresión de disconformidad, cualquier expresión de organización que se atreva a enfrentar "la paz burguesa" llamada Pacto Social. Porque las medidas políticas son abiertas y se traslucen en los procesamientos, en los fusilamientos de activistas como Carlos Fuentealba y en los desafueros de los compañeros que se encuentran por fuera del radio de la burocracia. Y es aquí donde la memoria colectiva es práctica pura y desarrollo completo de las ideas. Los trabajadores damos y hacemos todo lo que constituye la obra del mundo- y nada recibimos a cambio- por lo tanto nuestra liberación también será solo obra de nuestras manos.

Salud y Revolución Social


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