viernes, 9 de mayo de 2008

Hijos del Pueblo Nº 11

“Algún día el yunque, cansado de ser yunque, pasará a ser martillo” Miguel Bakunin


La avanzada burguesa: se constituye el Frente Patronal

Una de las principales preocupaciones de Cristina Fernández de Kirchner durante su campaña era la firma de un Pacto Social, un acuerdo multisectorial que sirviera de programa político y económico de gobierno, firmado por las conducciones gremiales y las organizaciones patronales con la mediación del gobierno. En números anteriores ya advertíamos la inminente consolidación del Pacto Social, que en términos formales no avanzó más allá del techo salarial del 19,5% firmado por Moyano en las paritarias de los camioneros, pero que en este 2008 se terminó de consumar, en la constitución de hecho del Frente Político Patronal más fuerte que se haya visto en años.

La estrecha colaboración de patrones, burócratas y gobierno para enfrentar a los trabajadores de Dana Spicer o del Casino, para citar los casos más visibles durante el verano, nos muestran cómo la burguesía no solo mantiene la iniciativa en la lucha de clases, sino que ha tomado una actitud más agresiva.

El discurso del Pacto Social no es más que la proclamación de la posibilidad de un acuerdo entre los explotadores y los explotados. Para el gobierno, nada puede quedar fuera del Pacto.

Frente a la dispersión, organizar la resistencia

Los trabajadores y el pueblo en general nos encontramos en una situación de resistencia. Nuestro enemigo de clase avanza y nosotros debemos evitar perder posiciones. Nuestras fuerzas están dispersas y desarticuladas. Por lo tanto, para poder enfrentar el Pacto Social y socavar sus cimientos, debemos forjar la unidad en cada conflicto, reestableciendo, poco a poco, los lazos de solidaridad que supo tener nuestra clase por este lado del mundo. Pero la solidaridad no debe terminar ahí, ella no tiene límites ni fronteras geográficas, no se acaba en las paredes de una fábirca. Todo lo contario, se expande y mientras más crezca, más fuerte y sólida será.

Los conflictos de Mafissa, Casino, Dana Spicer, entre tantos otros, marcan una pauta común: ataque sistemático a los sectores más activos y combativos de los trabajadores, intransigencia de la patronal y del gobierno en las negociaciones, saturación de fuerzas represivas, tanto policiales como parapoliciales y el rol carneril de la burocracia sindical. Pero también en estas luchas están presentes los elementos que nos marcan el rumbo y los pasos a seguir: unidad, acción directa (entendida como la acción en la que un individuo o grupo se hace cargo de sus problemas sin intermediaciones) y solidaridad. Las mejores y únicas armas del proletariado, apuntando a los verdugos del pueblo. En la resistencia vamos reconstruyendo las fuerzas para poder avanzar.

Nuestro deber como anarquistas

Los anarquistas tenemos un lugar por ocupar en los próximos enfrentamientos de la lucha de clases. Debemos brindar nuestra solidaridad a los compañeros en lucha, ayudándolos a organizar y articular sus acciones, así como propagandizar y difundir las prácticas que pueden impulsar al proletariado hacia su emancipación: la acción directa y el federalismo. En el camino de apoyar la reconstrucción de las organizaciones propias de los trabajadores y el pueblo, de su seno, se irá reconstruyendo aquel anarquismo militante, revolucionario, clasista y federalista que en estas tierras, como en otras partes del mundo, tanto ha brindado a la causa de la emancipación y dignificación de los oprimidos. De la experiencia del pueblo, de su lucha, de sus instintos es que brotan nuestras ideas. En estas luchas, en la práctica cotidiana, se encuentra el punto de partida, una base sólida como para iniciar esta tarea.
Esperemos que este número de Hijos del Pueblo sea un aporte más en esta tarea de reconstrucción. Por eso decimos:

Ante la avanzada del frente patronal, construyamos organización para la resistencia.
¡Arriba los que luchan!




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