domingo, 9 de agosto de 2009

Los dinosaurios van a desaparecer

Este muchacho está sindicado cómo el fundador de la franquicia española de Al Qaeda, ahora, yankees mediantes, no se lo encuentra...



Activistas denuncian desaparición forzada

William Fisher



Grupos de derechos humanos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza pidieron a la ONU que investigara la posible complicidad de Washington en la desaparición forzada de un influyente erudito musulmán hace cuatro años.

En una carta al foro mundial, las organizaciones dijeron que Mustafá Setmariam Nassar, con ciudadanía española, fue arrestado por funcionarios pakistaníes y entregado a autoridades estadounidenses en octubre de 2005, y desde entonces no se sabe nada más de él.

La carta fue enviada al reportero especial de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre la Tortura, Manfred Nowak, al reportero especial sobre la Promoción de los Derechos Humanos en la lucha Contraterrorista, Martin Scheinin, y al Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias.

Fue firmada por la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses (Aclu, por sus siglas en inglés), la organización de asesoramiento legal Reprieve, con sede en Londres, y el grupo Alkarama, con sede en Ginebra.

En junio de 2009, en respuesta al pedido de información de Aclu sobre el paradero de Nassar, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) dijo que no podía "ni confirmar ni negar la existencia o la no existencia de registros" sobre ese caso.

"La esposa y los hijos del señor Nassar sólo quieren saber si todavía está vivo, y dónde se encuentra", dijo a IPS el abogado Steven M. Watt, del Programa de Derechos Humanos de Aclu.

"Los pedidos de información sobre su desaparición forzada, hace casi cuatro años, han sido ignorados por el gobierno de Estados Unidos, y su familia ahora no tiene otra opción que apelar a la comunidad internacional para pedir ayuda", indicó.

"La CIA debe ser responsabilizada. Debe permitir a su familia que sepa qué ocurrió con él y dónde está. O negar que tuvo cualquier relación con su desaparición", añadió.

La carta pide a la ONU que pida cuentas a Washington y a otros gobiernos que pudieron haber estado involucrados en la desaparición de Nassar, o que podrían poseer información útil para localizarlo.

Las organizaciones reconocieron que la información sobre la desaparición de Nassar es escasa, pero indicaron que "los detalles conocidos sugieren que fue una víctima del programa de ‘entregas extraordinarias’", por el cual Washington trasladaba secretamente a sospechosos de terrorismo a terceros países donde eran sometidos a torturas.

Documentos oficiales e informes de prensa indican que Estados Unidos estuvo durante mucho tiempo interesado en detener a Nassar, del que se sospechaba estuvo involucrado en varias acciones terroristas, pero al que nunca se acusó formalmente.

En enero de 2005, meses antes de su detención en Pakistán, la embajada estadounidense en ese país anunció una recompensa de cinco millones de dólares por información que permitiera su captura, y fue retirada poco después de que ésta se concretara.

El Centro Nacional de Contraterrorismo de Estados Unidos confirmó la captura de de Nassar en noviembre de 2005, e informes de prensa indicaron que estuvo detenido un tiempo en la base militar de la isla británica de Diego García, en el océano Índico.

La organización Reprieve también exigió al gobierno de Gran Bretaña que revelara detalles de la detención ilegal del que calificó de "prisionero fantasma" en esa isla.

El grupo señaló que Nassar fue luego enviado a Siria, donde fue "mantenido incomunicado en condiciones espeluznantes y casi seguro torturado".

Gran Bretaña "comparte responsabilidad por la desaparición de Nasser, debido a su complicidad en esta detención ‘fantasma’ en Diego García", agregó.

Reprieve le escribió a Londres en nombre de la esposa de Nasser para demandar que "cumpla con su obligación legal de investigar su desaparición".

El director de Reprieve, Clive Stafford Smith, señaló: "La desaparición forzada es un crimen más asociado con las implacables dictaduras sudamericanas, y sin embargo vemos que los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña se han envuelto en los mismos actos sucios. El secuestro es un delito en cualquier idioma, y es tiempo de que los gobiernos poderosos sean responsabilizados por su crimen contra Mustafá Nasser".

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