Con el hígado jodido y el corazón roto

¿Cómo puede ser que a ésta altura de los tiempos y las reservas en el BCRA no haya una campaña de vacunación masiva y gratuita contra la Hepatitis B?
Es decir se les dá a los recién nacidos, pero los que nacimos antes de la vacuna tenemos que esperar que a alguien se le ocurra informarnos, que haya dosis en la farmacia y pagar cada dósis.
El Ministerio de Salud, ministeriado por el ilustre autor del término "terroristas sanitarios" está en otra y parece que cerró en 2005 cuando todavía luchaba "por los genéricos" o lanzaban la vacunación infantil contra la hepatitis A.

Situación en Argentina:

Se estima que:

El 10% de la población general está infectada y el 0,5% de los adultos es portador. La mayor prevalencia se da en los trabajadores de la salud.

Existen alrededor de 300.000 portadores, de los cuáles sólo 15.000 tienen diagnóstico.

El 66% de los que cursan la enfermedad lo hacen en forma asintomática, por lo que los riesgos de sus contactos son muy altos.

El 1% de las embarazadas está infectada. O sea que de 700.000 niños nacidos por año, serían 7.000 los nacidos de madres portadoras y no menos del 20% (1.400) pueden adquirir la enfermedad.

Tres mil argentinos mueren cada año a causa de la hepatitis B, aun cuando existen vacunas que permiten evitar su contagio. Es más: esas vacunas integran el calendario vacunatorio oficial y, sin embargo, un estudio del hospital Posadas muestra que menos del 20% de las personas vacunadas recibe las tres dosis necesarias para obtener una inmunización adecuada.

Mientras tanto para la Hepatitis C no existe vacuna, para cuidarse: Ver acá

Mucha Data en HCV Sin Fronteras